Filosofia del autor...

Toda crítica es en esencia destructiva, a menos que sea una alabanza parcializada. Voy a escribir con la más sincera honestidad de lo que vea proyectado en la pantalla, sin tapujos ni eufemismos que vicien el artículo. En muchos de ellos puede que encuentren "spoilers" que den a conocer puntos claves de la trama, pero que son importantes para dar una opinión global, trataré de evitarlos en al medida de lo posible, no lo prometo. Quiero aclarar que ninguna crítica es a título personal, ensañando contra autores, actores o productres, y que la opinión no le pertenece a nadie más que a mi, y no quiero influenciar en la opinión del resto, ofenderles o defenderles, simplemente es un ejercicio de percepción personal. Los afiches y fotos que acompañen a los artículos no pretenden violar copyright, los usaré solamente para ilustrar y ayudar en la ubicación del material del que hablo.

viernes, 18 de febrero de 2011

Recomendaciones guatemaltecas, Guatemala tiene buenos exponentes.

Después del artículo sobre 8 Grados, Terremoto en Guatemala no quería dar la impresión de no apreciar el cine producido en el país, y mucho menos, hacer creer que no existe. Guatemala ha producido cine, mucho de él con excelentes factores que se han convertido en muy buenas producciones, que quizás no superen a sus contrapartes internacionales, pero si merecen un puesto dentro del historial de cine latinoamericano:
Quiero empezar una serie de artículos de recomendaciones con al menos cinco películas, pero no me gusta la idea de hacer listados del primero al último porque la apreciación es netamente personal, así que a continuación enumero cinco películas guatemaltecas, que es probable, revelen en su posición la preferencia que tengo por cada una de ellas.

 La primera de la que quiero hablar es Donde Acaban los Caminos, basada en la novela de Mario Monteforte Toledo y dirigida por Carlos García Agraz. Al ser una producción basada en un libro, mucho está ya contado; trata sobre las diferencias que culturalmente han existido entre ladinos e indígenas en Guatemala, y como los mundos se permean al grado que la diferencia únicamente queda en la apreciación del que discrimina, no importando su raza. Dejando a un lado la historia, la producción es casi poética: la forma de retratar el paisaje, los atuendos, los modismos son tomados de forma natural, alejándose del costumbrismo y manteniendo el balance con las buenas actuaciones de la mayoría de los actores. Una muy buena opción para ver a Guatemala plena, con profundos problemas y grandiosas cualidades.
Para continuar, no podía quedar la que se ha convertido en un clásico que ha trascendido el tiempo y ha marcado la historia del cine centroamericano: El Silencio de Neto, dirigida por Luis Argueta. Película que se sitúa al final de la época de primavera que vivió el país en 1954, cuando USA derroca al presidente Arbenz, por resumir todo lo acontecido de forma simplista. En medio de este conflicto un niño debe crecer con el miedo de sus padres sobreprotectores, los sueños callados y la adolescencia inminente. Este film destacó por reactivar la industria de cine nacional, al ofrecer una historia de calidad, con una buena producción. El guión, acompañado por pruebas de fotografía, de vestuarios y comentarios de actores y el director fue editado por la Editorial Universitaria, en un tiraje muy pequeño que vale la pena conseguir, yo tengo el mío.
Hasta ahora ambas opciones están ambientadas en épocas pasadas de la historia guatemalteca, la siguiente recomendación la hago doble, porque ambas películas se podrían complementar para tratar uno de los momentos más oscuros que nos ha tocado vivir, el conflicto armado interno corta la historia de Guatemala., las dos tienen fallas pero dan la opción desde diferentes puntos de vista y de técnica. 
La primera es “Las Cruces, Poblado Próximo”, también producida por Casa Comal, y dirigida por Rafael Rosal y con la actuación principal de Giacomo Buonafina (buen actor, por cierto). La historia de cómo la guerrilla entró en los asentamientos más aislados de Guatemala, tratando de defenderlos de los terrores del ejército, introduce la misma violencia. La frase queda zumbando.
La Guerrilla: Nosotros ponemos las armas.
La población: Y los muertos, ¿nosotros?
Sin embargo la historia no está muy bien consolidada, pierde consistencia en el manejo de la línea de tiempo y “subplots”, pero es una muy buena opción, además de contar con una musicalización o “score” muy bueno.
Dentro de esta recomendación quiero incluir “Gerardi” producida por Moralejas (Sammy y Jimmy Morales), que se alejan de las muestras más chuscas de comedia que tratan de vender por televisión y junto con la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado hacen esta biopic de un caso que vivimos de cerca. Mons. Juan Gerardi fue asesinado días después de presentar el documento más importante que la Iglesia ha dado al pueblo de Guatemala y a la persistencia de la memoria del país, el REMHI, Recuperación de la Memoria Histórica. El film, obviamente tiene la vista parcial desde el punto de la institución católica, pero tiene un gran atino, dentro de su trama se logra distinguir claramente lo que muchos creemos: Aunque no hay nada peor que el ejército, la guerrilla por poco lo iguala. Ambos bandos derramaron sangre guatemalteca en un conflicto infructuoso y vergonzoso. GUATEMALA, NUNCA MÁS!
Dejando de lado la historia del país, quiero situarme en un film que abrió el cine en Guatemala en el nuevo milenio, y de nuevo cito a Casa Comal, la película es “La Casa de Enfrente”, dirigida por Elías Jiménez Trachtenberg, primera película atemporal que refleja el submundo que muchas veces la sociedad trata de negar; la prostitución, la corrupción y la hermandad entre ambos. También tiene el mérito de ser la primera película guatemalteca, que yo conozca, que aborde libremente una fuerte carga sexual dentro de su trama, y además atreverse a proyectarla al público sin tapujos. Esta producción es mucho más afortunada que la cursi y convenenciera secuela “La Casa VIP, La Otra Casa”.
Por último, dejé “Gasolina”, dirigida por Julio Hernández Cordón. Es una película que no gustó mucho al público, pero realmente es una muy buena propuesta de cine experimental, en este caso se nota la dirección en todo el desarrollo, al utilizar jóvenes no actores, el desenvolvimiento es bastante natural y logra su objetivo sobremanera. En síntesis, el guión es un espiral descendente que empieza con el robo recurrente de gasolina a los vecinos de una común colonia de clase media hasta llegar a las más bajas consecuencias, un retrato de la juventud de la nueva generación, sincero y crudo.
Como siempre termino mis notas con una recomendación, no quería dejar fuera un documental que causo furor en las noticias, “Las Estrellas de la Línea” que refleja lo acontecido cuando un grupo de “putas de Q25.00” forman un equipo de futbol para llamar la atención y salir del agujero en que la sociedad las ha sumergido. Vale mucho la pena, lástima que la documental se queda sólo como un espectador y nadie toma medidas para disminuir la situación que aún se vive en la línea del ferrocarril.
De qué película es la frase: “La vida de los muertos consiste en la memoria de los vivos”… pregunten o adivinen!


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